no al gato por liebre Lunes, 7 diciembre 2015

¡Ay, que me duele la izquierda! Una guía básica para entender por qué la izquierda se partió (otra vez)

Luis Davelouis

La libertad se lleva dentro y se ejerce afuera. Es una decisión, nunca algo que te puedan dar. Soy periodista.

Se juntaron como nunca, se pelearon como siempre.

La izquierda es una olla de grillos. Se rompió Unidad Democrática (UD) luego de que los partidarios de Gonzalo García Núñez (de la alianza Únete por otra Democracia, conformada por Patria Roja, Ciudadanos por el Cambio, Fuerza Social y el PCP) denunciaran fraude en el proceso de elecciones internas. Los partidarios de la alianza Democracia Directa, que apoyaban la pre-candidatura de Andrés Alcántara, habrían secuestrado las actas del lugar de conteo. Además, UD acusa a DD de haber “ganado” en Huaura con el 95% de las preferencias de un total de votos igual al de todo Lima.

Al cierre de esta nota, Sergio Tejada dijo esto en su muro de Facebook:

SergioTejada

“Lamentable que luego Únete denuncie públicamente fraude, callando las jugadas de Patria Roja en Tumbes y Huarochirí, así como otras decenas de irregularidades en el resto del país. Cuando yo lo comenté en un almuerzo con algunos miembros de la alta dirigencia de Únete me dijeron “bueno, así son los muchachos” y un joven amigo dirigente de Patria me dijo “pero lo que podamos haber hecho es nada a comparación del Fonavi”. El problema no es quién trafeó menos, los incidentes se asumen y los resuelve el COEN. El Bloque Nacional Popular no avalará ninguna irregularidad. Patear el tablero es propiciar una nueva ruptura (la tercera en el caso de Únete) y dar un espectáculo lamentable a aquellos que confían en nosotros. En el Bloque seguimos al servicio de la unidad, el país está por delante.”

Raro, ¿no? Además de inconsecuente porque lo que Tejada está diciendo es que, en esencia, todos son traferos. Entonces, ¿qué hace juntándose con ellos? ¿En virtud de qué se queda uno asociado a reconocidos tramposos? En fin.

Encuentre usted al representante de la izquierda. Encuesta GfK, difundida por el diario La -República.

Hace unos días, así iba la cosa.

Que se peleen y se partan no es algo nuevo ni inesperado en ningún sentido. Tampoco es preocupante porque es como tener un viejito coca cola viviendo en el último piso de la casa donde, con las cortinas cosidas para no mirar jamás al exterior, reniega y se pelea con el espejo un día sí y otro día también. El viejillo es inofensivo pero solo en cuanto es improbable que se haga con la administración de toda la casa; para eso tiene su piso, arriba, muy arriba, para que insulte y grite sus locuras sin joder demasiado a los demás. Hace bulla, sí, pero es como un perro que ladra detrás de una puerta de fierro en otra cuadra; para algunos es imperceptible. La izquierda, con menos de 5% de las preferencias si uno las suma todas, hoy no es un actor político relevante.

Primero fueron las elecciones internas del Frente Amplio (FA) que casi sucumbe ante el Pomalcazo. Felizmente, al final lograron ponerse de acuerdo y, aunque picones y a regañadientes algunos, los de Tierra y Libertad cumplieron con la decisión de la mayoría y el amago de trampa no se consumó. En UD la trampa pudo más. La izquierda, que mayoritariamente se arroga la defensa de la justicia, de la ética, de la moralidad, de la equidad y de la democracia y la transparencia, carece de todo eso. ¿El bien común antes que el individual? ¿El interés de las mayorías antes que el de las minorías? Al menos, por lo que dejan entrever algunos de sus líderes y algunas de sus prácticas, todo eso es mentira, un embuste.

Que estas cosas sucedan en el PPC -como de hecho viene ocurriendo- es más o menos esperable. Más a la derecha del espectro político la solidaridad y el desapego no son valores que se proclamen ni que se cultiven. No realmente. Ver a dos rentistas o mercas arrancharse posiciones de privilegio o poniéndose zancadillas entre sí es algo esperable, predecible. Hasta consistente es. Que Juan Carlos Eguren aparezca como el loco y facho ignorante que no es solo por conveniencia, por conservar el poder político haciéndose el simpático para algún cura que sí es verdaderamente facho e ignorante, es bastante elocuente e ilustrativo de lo que acabamos de decir.

Renovación APRA

No es un secreto que hay luchas de poder en todos los partidos y clubes políticos; desde el APRA hasta el PPC, pasando por el fujimorismo, anterismo y ppkausismo y demás -ismos. Pero la mayoría de ellos, salvo en algunas -raras- ocasiones, se cantan sus miserias y se destripan entre ellos a puerta cerrada y la platea solo ve a Alan García presidiendo una mesa rodeado de todo su estado mayor: Del Castillo, Mulder, Velasquez Quesquén y siguen firmas. Todos ellos llevan la procesión por dentro y las marcas de los cuchillazos debajo de la camisa. Para la sangre en el ojo, la disciplina partidaria es un buen colirio.

Pero en la izquierda no sucede eso. Como si se tratara del auto familiar, sucede que todos quieren ir adelante o que les toque ventana. El público solo ve el auto avanzar. En la izquierda, en cambio, cada uno quiere estar en la ventana del asiento de adelante cueste lo que cueste y aunque eso signifique que cada uno se tengan que ir en triciclo, mototaxi o carrito sanguchero. Eso es la izquierda: una banda de viejitos locos en patineta y así no van a ganar nunca una carrera. Felizmente, así nunca van a ganar ninguna carrera.

Según Sergio Tejada, la idea era buscar una candidatura unificada con el Frente Amplio. ¿Y el Frente Amplio va aceptará juntarse con un par de organizaciones traferas? ¿Por qué? ¿La unidad a cualquier precio? Hasta ahora no ha funcionado.

Y va a seguir sin funcionar.

Luis Davelouis

La libertad se lleva dentro y se ejerce afuera. Es una decisión, nunca algo que te puedan dar. Soy periodista.